En nuestra humilde opinión, todo criador que se preste un poco debería perseguir en todo momento una única finalidad: contribuir al buen desarrollo de una raza en concreto. Por este motivo debe ser un gran conocedor del estándar y de la historia, tanto pasada como presente, de la raza de la cual se ocupa, así como de su posible evolución en el futuro.

Para ello debe estar constantemente “conectado a la raza” y al tejido que la conforma: el contacto con otros criadores, con el mundo de las exposiciones caninas (nacionales e internacionales), con foros de debate y otros eventos tales como coloquios, conferencias y un largo etc. De este modo sus conocimientos y la forma de aplicarlos se enriquecen a lo largo de toda su vida. Un criador no nace, se hace día a día a base de experiencia y aprendizaje.

 La crianza no se reduce únicamente a cruzar a dos ejemplares de la misma especie con la finalidad de obtener unos cachorros. No, no es sólo eso. La crianza es un esfuerzo de selección de los cruces más idóneos para el mejor desarrollo continuado de una raza concreta, con el posterior seguimiento por parte del criador de los cachorros para poder comprobar si el resultado de su esfuerzo ha sido el esperado. También es tarea del criador instruir al futuro propietario del cachorro en aspectos tan importantes como la alimentación, educación, cuidados y todos aquellos problemas, dudas y consultas que puedan surgirle.

Así como un carpintero se dotará de buena madera para realizar sus trabajos, un criador deberá ser muy exigente con los animales con los que criará. Estos ejemplares deben cumplir el estándar racial a la perfección, pero no sólo éso, sino que además deberán ser ejemplares poseedores de grandes virtudes y cualidades, siempre libres de taras genéticas y enfermedades que pudieran transmitir a sus descendientes. El criador debe ser un gran conocedor de las diferentes líneas de sangre que conforman la carga genética de sus ejemplares, de este modo podrá utilizarlas a su favor a la hora de diseñar los mejores cruces.

En sus inicios todos los criadores deben empezar con ejemplares de otros criadores, para posteriormente y con mucho esfuerzo, ir construyendo poco a poco su propia línea de sangre, que se irá consolidando y plasmando a lo largo de los años en los ejemplares que criará. Por ello es tan importante que un criador siempre disponga de afijo. El afijo es el apellido que llevarán siempre todos los ejemplares criados por él. Puede figurar delante del nombre del ejemplar o detrás seguido de la preposición “de”. El afijo que utiliza cada criador es autorizado por la Federación Cinológica Internacional y la Real Sociedad Canina de España previa solicitud y no puede ser utilizado por ningún otro criador. En nuestro caso utilizamos el afijo “Chocoblue” (reconocido por la R.S.C.E. con el número 012531 y por la F.C.I. con el 0219/05),  que siempre figura delante del nombre de cualquier ejemplar criado por nosotros, por ejemplo Chocoblue Ego. Si lo utilizáramos al final sería Ego de Chocoblue.

Para poder alojar a sus ejemplares el criador debe disponer de unas instalaciones adecuadas y diseñadas para el mayor bienestar posible de sus animales. Deberían poder ser visitadas por las personas que se interesan por un cachorro nacido en ellas a fin de poder observar el entorno en que se ha criado. Las instalaciones nos pueden decir mucho de un criador.

Podemos percatarnos pues, que tanto en la adquisición de ejemplares como en la construcción de instalaciones, el criador gasta importantes sumas de dinero, por no hablar de la manutención de los perros, la asistencia a exposiciones o los pagos por montas con ejemplares machos que no son de su propiedad. Debemos pues valorar todos estos esfuerzos, a parte del tiempo de dedicación que conlleva toda la crianza. Por supuesto que la venta de cachorros debe equilibrar de alguna manera todos los esfuerzos en que incurre el criador, pero primar el interés económico por encima todo, no debería ser la única opción de entender una crianza responsable y encaminada a la mejora constante de la raza.

Nuestra filosofía de crianza se ha basado principalmente en algunas líneas de sangre antiguas (tanto españolas como inglesas) y no hemos dudado en hacernos directamente con ejemplares de ellas, viajando cuando ha hecho falta directamente a Inglaterra (cuna de la raza), ya fuere para adquirir un ejemplar o para cubrir a una de nuestras perras con él. Actualmente y dada la juventud de nuestro proyecto de crianza, todavía estamos construyendo nuestra propia línea de sangre, lo cual estamos haciendo con mucha ilusión y esfuerzo, habiendo recogido ya los primeros frutos en forma de tres campeonatos de belleza españoles en dos hembras de nuestra primera generación de chocoblue’s, y un macho descendiente directo de una de ellas.

En cuanto a nuestras instalaciones, han sido diseñadas y construidas por nosotros mismos, pensando siempre en el confort y bienestar de nuestros animales, dotándoles para ello de varios parques de grandes dimensiones donde poder disfrutar del día a día.

Josep Costa Gratacós.