Origen del Cocker Spaniel Inglés


 

Aunque su herencia se remonta a muchísimos años antes, las primeras menciones al término Spaniel las encontramos en el siglo XIV en los escritos del célebre literario inglés Geofrey Chaucer, conocido por sus “Cuentos de Canterbury”. Posteriormente otros escritores como Shakespeare los citaban también en sus manuscritos del siglo XVI. También en numerosas pinturas de caza de la época medieval los encontramos representados junto al cazador y sus trofeos de caza o desarrollando tareas de caza en los campos y bosques de la campiña. 

Hay mucha controversia en relación al origen del nombre Spaniel en cuanto a que proviene del francés antiguo ”espaigneul” que significaba “perro español” en clara referencia al país de origen de donde se creía que venían los perros originales, más concretamente de la zona comprendida entre la antigua frontera de Francia y España, lugar donde se les conocía como “Spanyelly” o “Spaniell”.

Otras teorías hablan de que los spaniels llegaron a Inglaterra de la mano de sus dueños españoles quienes los vendieron a cazadores y aristócratas ingleses que apreciaron rápidamente sus aptitudes como perros levantadores y cobradores de caza.

 

Lo que sí es cierto es que en estas primeras descripciones los spaniels eran divididos por los cazadores en dos grupos: los Land Spaniels (spaniels de tierra) y los Water Spaniels (spaniels de agua). Los primeros eran un grupo muy numeroso y con una gran diversidad de tamaños. De hecho en una misma camada se podían encontrar perros de distintos tamaños y según este criterio eran separados. Los más grandes se utilizaban para levantar aves de mayor tamaño. Entre ellos encontraríamos perros que actualmente conocemos como el Springer Spaniel Inglés o el Welsh Springer Spaniel. Solían presentar un color hígado con algunos matices blancos. Los más pequeños eran descritos como perros mucho más ágiles, con patas y cola siempre en acción y con una nariz siempre ocupada en olfatear la caza. Tenían un carácter más atrevido (no le temían a entrar en los matorrales y zarzas con tal de hacer salir a la presa e incluso no dudaban en zambullirse en el agua para cobrarla) y a su vez eran más pícaros y cariñosos. Su manto presentaba una mayor diversidad de colores. Junto a estas virtudes, eran además sumamente apreciados por sus dotes para la caza de la becada (en inglés Woodcock) y muy probablemente de ahí viene que fueran llamados “cocking” o “cocker”.

 

Este segundo tipo de perros fue emergiendo con mucha fuerza por toda Inglaterra pero muy especialmente en el suroeste y Gales, y se les conocía como el “cocking spaniel”, hasta que a finales del siglo XIX, concretamente en 1892, fue reconocido como raza por el Kennel Club Inglés. Posteriormente, en 1902, se publicó el primer estándar oficial de la raza.

 

Los registros de cockers pueden ser remontados hasta 1879, donde nos encontramos con el primer ejemplar reconocido como una raza separada y distinta del resto de spaniels en Inglaterra: “Obo”. Nació el 14 de junio de ese mismo año y su propietario, James Farrow, fue quien estableció las bases iniciales para la raza tal y como las conocemos hoy día. En 1902 fundó el Cocker Spaniel Club of Great Britain, organización que todavía existe en la actualidad. Sin duda alguna “Obo” fue el precursor del Cocker Spaniel Inglés actual.

 

Cocker Spaniel Inglés "Obo"

Cocker Spaniel Inglés "Obo II" (hijo directo de "Obo")


 

Otros criadores contemporáneos a James Farrow fueron C.A. Phillips (afijo “Rivington”), R. De C. Peele (afijo “Bowdler”), Jamieson Higgens (afijo “Falconers”) y Richard Lloyd (afijo "Of Ware”). Pero sin duda alguna, fue el hijo de éste último, Herbert Summers Lloyd, quien es considerado uno de los grandes maestros de la raza. Sus logros en la consolidación y desarrollo de la raza fueron muy importantes, al igual que sus técnicas de cría. Consiguió numerosos ejemplares campeones y de gran calidad. En 1924 escribió el libro “The popular cocker spaniel” del que se publicaron varias ediciones con el tiempo po él mismo revisadas. También es el autor de “Cocker Spaniels”. Muchos de sus logros fueron alcanzados trabajando con sus coetáneos, ya fuere con colegas de la raza, con ganaderos así como con criadores de caballos. Su aportación al mundo de la crianza en general fue muy importante, no tan sólo con los cockers, sino también en muchas otras razas. Su influencia fue muy grande hasta bastante después de la II Guerra Mundial.

 

Ejemplar Ben of Bowdler

Jennifer Lloyd con varios ejemplares "of Ware"

Ejemplar Rivington Ruth

Publicidad de la época del afijo "of Ware"

Ejemplar sh. ch. Tracey Witch of Ware

Ejemplares Invader, Luckystar y Whoopee of Ware


 

Con la llegada de la I Guerra Mundial el mundo del cocker en Inglaterra se vio fuertemente convulsionado pero los pocos criadores que quedaron al frente de su actividad lograron con su empeño restaurar la raza y devolverla a su popularidad inicial. Criadores influyentes de esta época fueron A. H. Gol (afijo “Oxshotts”), Judy de Casembroot (afijo “Treetops), Veronica Lucas-Lucas (afijo “Sixshoots) y Kay Doxford (afijo “Broomleaf”).

 

Ejemplar Treetops Wlakie Talkie

Ejemplar Blackshadow of Broomleaf

Ejemplar Oxshotts Marxedes


 

Entre las dos grandes guerras, el cocker spaniel  tuvo una etapa de nuevo muy floreciente, tanto a nivel de crianza como de popularidad entre el gran público, recuperando así el terreno perdido. Pero con la llegada de la segunda gran contienda bélica, de nuevo los criadores reducen drásticamente su actividad. Incluso cesaron las exposiciones caninas, hecho que no sucedió con motivo de la anterior gran guerra. Una vez instaurada de nuevo la paz, la actividad cinófila retomó sus actividades con renovado ánimo y muchos criadores nuevos empezaron a trabajar con la raza como por ejemplo los afijos “Pentavy”, “Courtdale”, “Lochranza”, “Colinwood”, “Craigleith” y un largo etcétera hasta llegar a nuestros días.

 

Ejemplar Courtdale Flag Lieutenant

Ejemplar sh. ch. Colinwood Silver Lariot

Ejemplar Lochranza Man of Fashion




Josep Costa Gratacós